Fui poco a poco abriendo los ojos con
unas suaves caricias en el brazo acompañadas de una dulce voz.
- Lula: ¿Vicky?, despierta anda, que ya
son las 11 de la mañana.
- Yo: Pufff… es muy pronto. A estas
horas todavía es madrugar para mí…
Me fui incorporando y despejando cuando
me di cuenta de que había una bandeja sobre la cama. Lula me miraba
con gesto desafiante.
- Yo: ¿Y esto?
En la bandeja había toda clase de
alimentos: tostadas, bollería, huevos con bacon, patatas y fruta. Mi
estómago clamaba saciarse con todo aquello y no dudé en atacar
aquella bandeja. Pero cuando estaba a punto de hincarle los dientes
al bacon, Lula me interrumpió.
- Lula: Sabes… los camareros reciben algún tipo de propina…
Qué cabrona… ya sabía por dónde
quería ir; pero en vez de eso, le respondí con mi chulería nata.
- Yo: Sí, siempre y cuando no te
quieran matar… siendo alérgica a la fruta…
- Lula: Entonces debí traer solo
manzanas.
- Yo: Tú verás, pero te quedarías
sin esta Evita del Edén. Y sin el paraíso en general.
Y me metió una patata en la boca para
cortar mi argumentación.
- Lula: Desayuna tranquila anda, que yo me tengo que ir a duchar.
- Yo: Vale. Procuraré no morir en el intento.
Y se marchó.
En lo que yo gozaba con aquellos
manjares, escuchaba a Lula cantar en la ducha. Esta mujer me puede.
Se cantó varios temazos del rock más clásico, como los que
escuchaba en su coche.
Finalmente salió del cuarto de baño…
¡y en toalla! Y menudas vistas…
- Lula: Como sigas mirándome así me vas a desgastar.
- Yo: Mejor como te miro yo a cómo te miran tus fans… esas sí que tienen ganas de desgastarte.
Lula estaba dispuesta a vestirse, pero
me apetecía jugar un rato con ella.
- Yo: Bueno… tendrás que compensarme por el intento de homicidio, ¿no?
Y de repente se quitó la toalla de la
misma manera en que se quita la falda en sus conciertos. No me lo
esperaba en absoluto. Yo ya empezaba a estar calentita. Lula se tumbó
a mi lado en la cama.
- Lula: ¿Y ahora qué?
- Yo: (entonando la canción) Y ahora… devuélveme la razón.
Y comenzó un apasionado beso que nos hizo olvidar qué sucedía a nuestro alrededor. Los juegos de manos se habían iniciado y no queríamos parar. La pasión estaba en plena efervescencia. Se desató la Guerra Fría iniciada con la chulería del desayuno. Y, sin más, hicimos el amor como si no hubiera un mañana. Eso sí que era el mejor desayuno.
Nos quedamos un ratito juntas en la
cama haciendo tonterías hasta que vimos la hora que era y nos
tuvimos que levantar.
- Lula: Me pasaría la vida en la cama. Pero tengo que trabajar que esta noche tengo concierto en Barcelona. Ojalá pudieras venirte…
- Yo: No me lo digas dos veces que me meto en tu maleta.
Lula se vistió y yo me levanté para
ayudar a recoger el desayuno y estirar un poco las sábanas de la
cama. Me preguntaba qué canciones debería incluir esa noche.
- Yo: Incluir no sé… pero “Aprender” la quitaba del tirón. Pero ya.
- Lula: Mis fans se enfadarían.
- Yo: Pues les reviento si te hacen algo.
- Lula: Macarra.
- Yo: Te encanta que lo sea. Soy del Bronx. Es lo que hay.
- Lula: Si tuviéramos tiempo eso no me lo decías dos veces en la cama.
- Yo: Uy que no… ya te digo yo a ti que sí.
Listas para salir, nos metimos en el
coche y me acercó hasta casa. Durante el viaje estuvimos hablando.
- Lula: Esta mañana te he visto más suelta. ¿Esa es la ‘confi’ que te doy?
- Yo: A mí es que se me gana poco a poco.
Lula se rió.
- Yo: Eso era lo que quería decirte anoche. Era mi primera vez… ya sabes. Y estar contigo pues también me cortaba bastante.
- Lula: Jura… no te creo.
- Yo: Es que a esta flor no la deshoja cualquiera. Has tenido el privilegio de catarme. Con una mano en el pecho te lo digo… me estoy tocando una teta.
Y reventamos en risas. Entre tanto me
dejó en casa sana y salva. En cuanto entre por la puerta de casa
Rudy me llamó. Descolgué el teléfono y antes de que me pudiera
decir nada empecé a hablar yo.
- Yo: ¿Has sentido el terremoto y visto a los 4 jinetes del Apocalípsis?
- Rudy: No me jodas… no puede ser.
- Yo: No si jodida ya estoy yo y debo decir que muy bien además.
- Rudy: Vete preparando café que voy para allá urgentemente y me cuentas los detalles. TODOS.
- Yo: Hecho. Hasta ahora.
En lo que llegaba Rudy me llamó Lula.
- Lula (con tono urgente): Vicky,
tengo que pedirte un gran favor.
- Yo: Claro, dime ¿qué pasa?
- Lula: Mira acabo de llegar a
Barcelona y me ha llamado mi realizador y me ha dicho que no puede
venir… ¿Tú te verías capaz de hacerme el favor de realizarme el
concierto?
- Yo: Joder… es mucha
responsabilidad eso.
- Lula: Lo sé, lo entiendo… pero
no tienes por qué hacerlo si no quieres.
- Yo: No te preocupes, cuenta
conmigo, lo haré lo mejor posible.
- Lula: Te debo un favor de los
gordos. No te preocupes por los gastos del viaje y demás. Eso lo
paga la productora.
- Yo: ¿A qué hora quieres que
vaya?
- Lula: Necesitaría que salieses lo
antes posible para darte unas pautas.
- Yo: Vale, pues llamo a Rudy para
que no venga que había quedado con él y salgo corriendo para ya.
- Lula: No, no. Que se venga también
si quieres. No te preocupes.
- Yo: En cuanto llegue, salimos para
allá.
- Lula: Hecho. Te dejo que tengo la
prueba de sonido en veinte minutos.
- Yo: Ahora te veo.
Y colgamos.
En ese momento sonó el timbre de la
puerta de mi casa. Al otro lado, un Rudy jadeante por la carrera que
se había pegado solo por saber los detalles.
- Rudy: Bueno, ¿qué?
- Yo: Rudy… Nos vamos a Barcelona.